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El Galaxy S23 Ultra es un Samsung Galaxy S22 Ultra pero con vitaminas
Pues bien, para empezar lo que vemos del Galaxy S23 Ultra es que el diseño no ha cambiado ni lo más mínimo, por fuera tenemos al mismo teléfono y seríamos incapaces de distinguirlo, a excepción de que ahora hay un par de nuevos colores que ni siquiera son nuevos, sino heredados de los Galaxy Z Flip3.
Bien es cierto que hay una mejora en materiales con el Gorilla Glass Victus 2, también lo es que hay algún detalle menor que cambia como el tamaño de los sensores, pero las líneas de diseño son las mismas y la disposición de elementos también, así que por aquí no hay novedad.
Sí hay más movimientos que me parecen importantes a nivel de hardware, pues la memoria evoluciona para adoptar nuevas tecnologías, UFS 4.0 en el almacenamiento y LPDDR5x para la RAM, que efectivamente corresponden al máximo nivel disponible.
Same 1750 nits.
Same size main camera sensor.
Same ultrawide and telephoto.
Same low light performance.
Same design.
Same 25w.
Same fingerprint scanner.
Only difference is 200MP.
Here you go. S23 Ultra. The boring one. Once again. pic.twitter.com/c4OzL7evgT— S Pain (@9lekt) January 23, 2023
Mejor todavía es la integración del Snapdragon 8 Gen2 de Qualcomm en todas las unidades, independientemente del mercado a donde se dirijan, un cambio sustancial pero que en realidad, por la mejora en potencia que supondrá, no sé si justifica un gasto tan ingente como este.
La otra diferencia palpable está en el sensor principal de 200 megapíxeles, que concretamente será el ISOCELL HP2 de la propia Samsung, pero manteniendo todas las especificaciones de las demás lentes que, sin embargo, Samsung asegura haber mejorado seguramente mediante software.
Quizás hubiera sido mejor integrar un sensor principal de 1 pulgada como han hecho los demás fabricantes, y no tanto crecer en resolución, aunque me gustará probar cómo Samsung exprime esos 200 megapíxeles seguramente con tecnologías de binning.
Solo hay tres novedades que decantarían la balanza: el sensor de 200 megapíxeles, el Snapdragon 8 Gen2 y la memoria LPDDR5x + UFS 4.0… La duda es: ¿se notarán las mejoras como para justificar el enorme gasto del cambio?
Por lo demás, todas las claves del terminal son idénticas, desde su pantalla Dynamic AMOLED 2X con 120Hz, HDR10+ y brillo máximo de 1750 nits hasta el sistema de carga, limitado a 45 vatios de forma inexplicable, e incluso empeorando los 15 vatios inalámbricos del S22 Ultra, que pasarán ahora a 10 vatios en este Galaxy S23.
También son iguales el lector dactilar, el conector USB de tipo-C en versión 3.2, el stylus S-Pen, el chasis de Armor Aluminium, la batería de protocolos de conectividad e incluso el sistema de sonido, estéreo y tuneado por AKG con audio de 32 bits y 384kHz.
Lo que os decía, en esencia el mismo teléfono. Otra vez. Y la decisión es cada vez más racional, así que es probable que por primera vez en años no tenga uno de los primeros Galaxy S23 Ultra que lleguen a España ni tampoco me apunte el primerito en la pre-venta.
Eso sí, no soy demagogo ni tampoco un cínico, así que reconoceré que es seguro que voy a comprarlo antes o después, aunque lo lógico es que esta vez haga lo ideal, que es esperar y conseguirlo con un descuento considerable en solo un par de meses, lo que justificará mucho más ese gasto y por tanto el cambio. O eso, o tocará dar el salto a un plegable…