Llevamos ya un par de años esperando un cambio generacional en los procesadores para ordenador; especialmente de Intel, que lleva ya varias generaciones, todas basadas en los 14 nanómetros, en las que las diferencias han sido mínimas. Desde la arquitectura Broadwell, lanzada en 2014, Intel ha apostado por mejoras incrementales; en algunos casos estas diferencias han sido notables, en otros, no tanto.
Las consecuencias de estas decisiones han sido duras. AMD consiguió sorprender a propios y a extraños con la plataforma Zen, y una nueva gama, Ryzen, que apostaba por una mayor cantidad de núcleos e hilos. Después de demasiados años, Intel de repente tenía competencia y no sabía muy bien qué hacer; desde entonces, Intel ha pagado seriamente no haber apostado por una plataforma completamente nueva.
Los primeros procesadores Intel Ice Lake ya tienen fecha
2019 será el año en el que Intel volverá a ser la que era, o al menos, esa es la esperanza de la compañía con la presentación de la nueva gama de procesadores Ice Lake; serán los primeros procesadores para consumidores creados con un proceso de fabricación de 10 nm, y las mejoras serán evidentes.
Reducir el proceso de fabricación trae consigo grandes ventajas, empezando porque los chips son más pequeños. Esto permite crear procesadores más complejos para sistemas portátiles; y por eso, no es casualidad que los primeros procesadores Ice Lake serán lanzados en portátiles, tablets y 2-en-1.
Como parte de esta apuesta, Intel ha presentado Project Athena, un programa con el que Intel trabajará con los fabricantes para desarrollar portátiles más finos y ligeros. Se espera que los primeros modelos lleguen a finales de 2019; por lo que apostaríamos por un dominio de Intel durante las próximas navidades con modelos de HP, Dell, Asus y Lenovo.
Los 10 nm permiten crear chips con un consumo mucho más contenido, y que no emiten tanto calor; pero Intel también aprovechará para crear unos procesadores mucho más completos, con nuevas tecnologías integradas. Ice Lake traerá de serie integración de Thunderbolt 3, conectividad Wi-Fi y una nueva generación de gráficos integrados; en este caso, Intel quiere que podamos usar pantallas 4K sin necesidad de comprar una tarjeta gráfica. Aunque como es habitual, no esperamos poder jugar a los últimos títulos a esa resolución.
Todo eso se conseguirá con un TDP de sólo 15 W, que es muy poco teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece. El primer modelo de prueba tiene cuatro núcleos y ocho hilos.
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