No solo España está atravesando un proceso de sustitución total de la red de cobre por los cables de fibra óptica, en nuestro caso, de la mano de Telefónica, sino que otros países como Estados Unidos están metidos en el mismo proceso de transformación.
Como es bien sabido, la retirada de los cables de cobre y la sustitución de toda esta red por cables de fibra óptica supone un gran beneficio tanto para los usuarios como las operadoras. Un nuevo estudio compartido por la Asociación de Banda Ancha americana (FBA por sus siglas en inglés), detalla a fondo no solo qué beneficios implica abandonar de inmediato los pares de cobre, tanto por parte de empresas como administraciones públicas, sino también cuáles son algunas formas de recuperar el capital invertido en la migración de cobre a fibra.
Podemos empezar por el gran ahorro en costes. Las empresas responsables de estas redes podrán dejar de estar pendientes de los amplificadores, sistemas de aire y baterías que componen la infraestructura de las redes de cobre, algunas de ellas pudiendo llegar a tener 100 años de antigüedad. Estos elementos suelen sufrir incidencias con mayor frecuencia, requieren un mayor gasto en mantenimiento y consumen un alto nivel de energía, haciéndolos muy poco sostenibles en comparación con la fibra.
También está el factor de la fuerza laboral decreciente. Los recién graduados y formados en estas tecnologías de telecomunicaciones, cada vez son menos expertos en cables de cobre dado que existen alternativas más modernas. Por ello, los equipos humanos dedicados al mantenimiento de estas redes están envejeciendo, aumentando aún más los costes debido a un pool de mano de obra más pequeño.
Recuperar la inversión en la migración
El estudio de la asociación también propone algunas mediante las que las compañías de telecomunicaciones pueden tratar de recuperar el dinero que ha hecho falta invertir para migrar toda la red de cableado de cobre. Son básicamente los siguientes tres:
- Reutilización de activos
- Explotar bienes raíces
- Reciclar el cobre
Así, desde la plataforma de banda ancha indican que las operadoras pueden reutilizar los conductos y postes que se usaban en las redes de cobre para transportar las nuevas redes de fibra. Como las tarifas relacionadas con la instalación de postes se vería reducida, el ahorro podría ser de hasta el 50%. De igual forma, las compañías pueden hacer inventario de todos los edificios y estructuras que antes transportaban la red de cobre y que ya no será necesario utilizar, dada la mayor centralización de las redes FTTH, pudiendo vender estos bienes inmobiliarios.
Finalmente, ya que el cobre es un material muy valioso para multitud de otros productos, y dado que su precio se ha revalorizado en los últimos 10 años, las operadoras pueden venderlo para su uso en otras industrias. Por ejemplo, podrían estar interesados en comprarlo fabricantes de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Precisamente esta es una de las razones por las que a los vecinos también les interesaría ver retirados cuanto antes los cables de cobre de sus edificios y fachadas, ya que pueden dar lugar a robos o allanamientos.
Con todo ello, el presidente del comité de Tecnología de la FBA, asegura que la sociedad está preparada para jubilar al cobre: «Ahora estamos en el punto de inflexión en el que las debilidades del cobre superan sus fortalezas. La industria de la banda ancha espera que todas las redes migren a la fibra; la única pregunta es cuándo. Este informe técnico es nuestra última investigación que revela la larga lista de beneficios que cualquier proveedor de servicios puede obtener con una red totalmente de fibra. Ahora es el momento de pasar de los medios heredados de ayer a la red preparada para el futuro del mañana», indica.
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