El telescopio espacial James Webb ha captado imágenes sorprendentes de enormes anillos de polvo cósmico rico en carbono alrededor de la estrella binaria WR 140. Estos anillos, que se expanden a velocidades cercanas al 1% de la luz, se forman por la colisión de los vientos estelares de las dos estrellas masivas que componen el sistema.
Las observaciones del Webb, realizadas con 14 meses de diferencia, han permitido a los científicos observar la expansión en «tiempo real», a falta de una forma mejor de describirlo. Este fenómeno, que ocurre cada 7,93 años justo cuando las estrellas están más cerca, ofrece una visión única sobre la formación de polvo cósmico según publican en Universe Today, esencial para la creación de planetas rocosos y la vida misma.
El Webb revela los secretos del polvo cósmico en tiempo real
Las imágenes del Webb muestran anillos concéntricos de polvo que se remontan a más de 130 años atrás. Cada anillo representa un episodio de formación de polvo cuando las estrellas alcanzan su punto más cercano en su órbita elíptica.
Gracias a la asombrosa velocidad de expansión de estos anillos, en sólo 14 meses el Webb ha podido captar su movimiento, algo inusual en fenómenos astronómicos que suelen desarrollarse en escalas de tiempo mucho más largas. Esta expansión ocurre a más de 2.600 km por segundo, una velocidad que hasta ahora no se asociaba a los eventos cósmicos de este calibre.
La magnitud de estos anillos es tal, que cuesta ponerla en palabras o imaginarla. Se calcula que están separados por unos 1,4 billones de kilómetros, una distancia que deja en un cero a la izquierda a nuestro sistema solar. Para que se entienda mejor el tamaño de estos anillos de polvo cósmico, podemos usar una comparación a escala:
- Si redujéramos la distancia entre el Sol y Alpha Centauri (la estrella más cercana) a la longitud de un campo de fútbol (unos 100 metros), cada anillo de polvo estaría separado por 5 metros.
- En esta misma escala, nuestro sistema solar completo cabría en menos de 1 centímetro.
Así que sí, el sistema en el que vivimos queda ridículamente enano al lado de estos anillos.
El polvo generado por WR 140 no solo forma anillos, sino también nubes más grandes que nuestro sistema solar. La magnitud de estos eventos, insisitimos, es tremendamente grande. Algunas partículas flotan libremente, cada una con un tamaño cien veces menor que el ancho de un cabello humano y moviéndose a la misma velocidad vertiginosa.
Los científicos estiman que WR 140 podría generar decenas de miles de estos anillos de polvo a lo largo de cientos de miles de años. Este proceso continuará hasta que las estrellas agoten su combustible y posiblemente terminen sus vidas como supernovas, o incluso colapsen directamente en agujeros negros.
El estudio de WR 140 no solo nos ayuda a entender la formación de polvo cósmico, sino que también arroja luz sobre cómo se expande el universo y cómo esa expansión podría influir en la búsqueda de vida extraterrestre. La capacidad del Webb para observar estos fenómenos en el infrarrojo medio es crucial, ya que permite ver el polvo más frío y distante que otros telescopios no pueden detectar.
El artículo Han encontrado motas de polvo tan gigantescas que empequeñecen a nuestro sistema solar fue publicado originalmente en Andro4all.