El techo de una vivienda prefabricada va a tener una gran importancia, ya que de él dependerá la estabilidad y el aguante de la vivienda ante posibles inclemencias meteorológicas, como pueden ser fuertes vientos o lluvias. Además, va a marcar la estética del hogar, tanto por el tejado como por el techo visible desde el interior.
Para decidir qué tipo de techo va a ser más adecuado para un proyecto de casa prefabricada, tendríamos que tener en cuenta varios factores, como el lugar en el que va a ubicarse, la temperatura y la climatología del lugar.
Analizando todas estas variables, vamos a poder elegir un material que aporte el aislamiento acústico suficiente, o que sea eficiente desde el punto de vista energético, facilitando el enfriamiento o la acumulación de calor según lo que más falta haga dependiendo de la región. El material o diseño será importante no solo por la climatización, sino porque también va a depender de ellos que el tejado dure más o menos, pudiendo suponer un ahorro o un mayor coste en reparaciones a la larga.
Asimismo, el uso de sobrecubiertas o recubrimientos puede ser interesante, tanto por estética como porque ayuden al tejado a resistir mejor la lluvia u otros fenómenos.
Así, los techos prefabricados pueden dividirse en varios tipos en función de su material o su forma.
Según el material
Esta es una posible clasificación de techos en base al material del que están hechos:
- Techos de losa de hormigón.
- Techos de losa enyesada + recubrimiento metálico, placas de teja artificiales o naturales, o cristal.
- Falso techo de pladur + placa de hormigón.
De entre estos tres, los techos de hormigón van a ser, con diferencia, los más resistentes en el tiempo. Va a ser un compuesto seguro frente a circunstancias meteorológicas adversas, va a insonorizar con gran eficacia la vivienda, y además va a proteger contra el fuego al ser una placa ignífuga, algo especialmente interesante si nuestra casa va a estar en un entorno rodeado de árboles o bosque, o en una zona propensa a los incendios por cualquier motivo. Van a ser de los más interesantes si estamos en un área muy ruidosa, y también si queremos un material que dure lo máximo posible.
Los techos de losa enyesada, no obstante, son también muy interesantes ya que, si bien pueden ser algo menos duraderos a largo plazo, son excelentes de cara al aislamiento térmico y sonoro. Esto lo convierte en un material que mejora la eficiencia energética de la casa, tanto en verano como en invierno. Pero, eso sí, este techo normalmente va a ir acompañado de un recubrimiento, porque puede absorber el agua o la humedad con facilidad. Por ello, la losa enyesada va a ser lo que quede visible desde el interior, mientras que por fuera se añadirá una capa que puede ser metálica, una placa de tejas, o cristal.
El falso techo de pladur está también indicado por su eficiencia energética y su insonorización, y es útil para, por ejemplo, colocar iluminaciones LED empotradas. También es resistente a la humedad y al fuego, aunque, normalmente, debería ir recubierto por una placa de hormigón. Es especialmente indicado para interiores.
Según la forma
Por otro lado, se puede hacer una clasificación de tipos de techo por su forma:
- Techos planos: lisos o con molduras.
- Techos en forma de bóveda o cúpula.
- Techos a dos, tres o cuatro aguas.
En las casas prefabricadas actuales suelen emplearse techos lisos, de forma que la estética sea igual tanto desde dentro como por fuera. También imprime a la casa un aspecto moderno, a modo de cubo o contenedor. Los techos abovedados, por otro lado, darán la sensación de una casa más tradicional o campestre. También pueden ser útiles para aliviar el calor al repartir mejor la temperatura, ideales para zonas con altas temperaturas. Finalmente, los techos con molduras o a dos aguas van a ser sobre todo una cuestión de preferencia estética.
Si escogemos un techo plano porque optamos por una estética más moderna, habrá que tener en cuenta que estos pueden tener más dificultades a la hora de distribuir el agua de lluvia. Por tanto, un tejado plano requerirá prestar especial atención a elementos como los encuentros de los diferentes paños, chimeneas y bajantes. Tanto si usamos hormigón como si usamos una cubierta para reforzar, la impermeabilización será fundamental, evitando las humedades por condensación, humedades por capilaridad o humedades por filtración.
Habrá que tener siempre en cuenta que el material de base que escojamos tendrá que poder soportar el material del que esté hecho un posible recubrimiento que pongamos. Además, hay que buscar la eficiencia energética para ahorrar dinero a largo plazo.
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