
Cada clic que haces, cada vídeo que ves y cada mensaje que mandas por Internet tienen un destino físico. Los centros de datos almacenan todo lo que vemos en la red y estos se encuentran en zonas que pocos son capaces de imaginar. Desde una mina a un búnker nuclear. En este artículo, te desvelamos los lugares más sorprendentes que hay detrás de la nube.
Los data centers son instalaciones físicas en las que se almacenan, procesan y distribuyen grandes cantidades de datos y aplicaciones. Algunos se ubican en lugares aparentemente extraños por razones prácticas. Por ejemplo, suelen situarse en territorios fríos, ya que suelen generar mucho calor y, así, consiguen refrigerarlos de manera natural y reducir los costos de energía. Además, es común que los instalen en búnkeres militares, sobre todo en regiones de inestabilidad política o que sufren riesgos naturales (terremotos, huracanes…).
Una catedral ortodoxa
La catedral ortodoxa Uspenski o de la Dormición de María se construyó en el Siglo XIX, en Helsinki (Finlandia). Durante la Segunda Guerra Mundial, usaron el edificio como refugio antiaéreo y, bajo sus cimientos, hay un data center en la actualidad.

El motivo por el que lo usan como centro de almacenamiento de datos es su temperatura. Según comentan, es lo suficientemente fría como para mantener los servidores. Además, el calor que desprende lo utilizan como energía para brindar de un sistema de calefacción a cerca de 500 hogares que están próximos a la catedral.
Una mina en Noruega
Las minas subterráneas también son lugares frescos que permiten almacenar data centers. Un ejemplo de ello es el Lefdal Mine Datacenter, una mina de Noruega de 120.000 metros cuadrados. Estos se refrigeran a través del agua de los fiordos noruegos y funciona son energías renovables.
Cuando las minas no son muy profundas, las corrientes de aire que provienen del exterior suelen ser bastante comunes. Eran un sistema que se usaba para refrescar a los mineros que, durante horas, debían picar la roca. Ahora, sirven para que los servidores trabajen las 24 horas sin que las altas temperaturas afecten tanto.
Un búnker nuclear
Estocolmo (Suecia) tiene otro de los data centers más curiosos que podemos encontrarnos en el mundo. Concretamente, se ubica en un antiguo búnker nuclear, que se construyó durante la Guerra Fría por miedo a que hubiese un ataque, y que cuenta con una puerta de acero. En 2008, pasó a ser un centro de datos.
Este data center sueco se encuentra a 30 metros bajo tierra. Para darles una sensación más placentera a los trabajadores de estos servidores subterráneos, se colocaron jardines, cascadas de agua y un tanque para peces, como puedes ver en la imagen de abajo.

El fuerte marino de Sealand
Se trata de fuerte naval construido en 1942 por Reino Unido con el objetivo de proteger el estuario del Támesis durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando el ejército se marchó, un grupo de personas lo ocupó y, desde ahí, comenzaron a emitir un programa de radio. Con el tiempo, también funcionó como centro de datos, pero el proyecto finalmente terminó abandonándose.
Más adelante, el portal de descargas ilegales The Pirate Bay quiso utilizarlo como data center de sus servidores. Su intención era escapar de los problemas legales a los que se enfrentaban e iniciaron una recogida de fondos para comprarla. No obstante, no lo consiguieron.

Capillas usadas como data center
Algunas capillas donde antes se albergaban rezos han pasado a convertirse en ‘templos’ de la computación. La arquitectura religiosa se ha adaptado a las necesidades tecnológicas de la actualidad, en algunos casos, para data centers y superordenadores. En este aspecto, destaca una antigua capilla de estilo neorrománico de Barcelona. En su día fue una capilla de una finca privada en la ciudad condal y hoy forma parte del rectorado de la Universitat Politècnica de Catalunya. Ahí, es donde opera MareNostrum, el superordenador más potente de España.
También conviene hacer especial mención a la capilla de Salem, en Leeds, Reino Unido. Esta se construyó en el 1791 y, durante más de dos siglos, fue un lugar de culto. Sin embargo, el edificio lo cerraron en 2001 y lo convirtieron en un centro de datos. Actualmente, cuenta con servidores y sistemas de refrigeración en un lugar en el que antes había bancos de madera para orar.

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