Por qué los científicos odian Starlink, el Internet por satélite de Elon Musk

0
2
Rate this post
Enfado Starlink

Tenemos un grave problema con el cielo. Actualmente, alrededor de la tierra, hay orbitando en torno a 50.000 objetos, de los cuales tan solo 6000 son satélites modernos que se encuentran en activo. Por suerte, las órbitas de toda esta basura espacial se encuentra perfectamente calculada, y el riesgo de colisión es realmente reducido. No obstante, el número de lanzamientos y de objetos lanzados a órbita está creciendo exponencialmente. Y uno de los culpables, y que puede llegar hasta a desencadenar un apocalipsis, es Starlink.

Starlink es una red de satélites ideada por Elon Musk con la que es capaz de ofrecer Internet en cualquier parte del mundo. Da igual que sea en una ciudad, en el campo, la montaña, la zona más inhóspita… siempre que veas el cielo, tendrás Internet (siempre y cuando, por supuesto, tengas una fuente de energía).

De los 6000 satélites que orbitan alrededor de la tierra, más de 3500 forman parte de Starlink. Y no solo eso, sino que en un futuro próximo el magnate de Tesla y X quiere poner en órbita más de 12.000 satélites para completar su idea de un Internet global para todos.

Todo avance en tecnología siempre es bienvenido, ya que gracias a esta red muchas personas, que ahora mismo no tienen ninguna posibilidad de conectarse, podrán tener finalmente acceso a la red. Sin embargo, en este caso, cumplir con el proyecto del visionario implica pagar un precio muy alto. Y es que, probablemente, tengamos que decir adiós al cielo tal como lo conocemos.

Adiós al derecho al cielo nocturno

A todos nos hace gracia ver por primera vez la red de satélites de Elon Musk en el cielo, incluso cuando es de día. Sin embargo, si podemos verlo con la luz del sol, podemos imaginarnos el impacto que tienen estos satélites en el cielo nocturno.

Si vivimos en una ciudad, seguro que no sabemos apreciar el cielo nocturno. Pero, en el momento en el que nos alejamos unos kilómetros del núcleo urbano, y miramos al cielo, podemos ver la magia del firmamento. Un firmamento que, debido a estos satélites, cada vez es menos mágico.

Que tú, o que yo, no podamos disfrutar del cielo nocturno, para ser sinceros, no le importa a nadie. Sin embargo, tal como nos cuenta QuantumFracture, no tener acceso libre al cielo nocturno supone un grave problema para los científicos y los astrónomos que se dedican a estudiar, y resolver, los misterios del universo.

Los mayores telescopios para estudiar el cielo se montan en los lugares más oscuros posibles. Si queremos ver una galaxia lejana, el telescopio debe tener una exposición muy grande para poder capturar la poca, y limitada, luz que nos llega. El problema llega cuando, después de varios minutos de exposición, con la lenta abierta, de repente aparece un satélite salvaje que nos cruza por delante, destrozando por completo la foto. Y no solo afecta a la luz visible, sino que incluso si se utiliza visión infrarroja, e incluso radiofrecuencia, los satélites van a estar siempre a la vista.

Foto Cielo Elon

Aunque cada vez Starlink ha trabajado más y más en ocultar todo lo posible sus satélites, e incluso está estudiando nuevas formas de ayudar a los astrónomos (rutas públicas, trayectorias variables, etc), estamos ante un problema muy grave y, además, con una sola solución: llevar los telescopios al espacio, por encima de toda la red de basura espacial (dicho por el propio Elon Musk).

Los riesgos de la red de satélites Starlink

Pero no poder ver el cielo no es el único problema al que nos enfrentamos. Y es que, debido a esta red de satélites, nos encontramos con que las principales agencias espaciales, como la NASA y la ESA, no sean capaces de detectar a tiempo posibles asteroides, o meteoritos, que se acerquen a la tierra. Los satélites podrían actuar a modo de pantalla y hacer pensar a estos sistemas que un asteroide, más o menos pequeño, es simplemente un módulo más. Y las consecuencias serían catastróficas.

Pero la cosa no queda aquí. Hemos dicho que, actualmente, hay más de 60.000 objetos en órbita alrededor de la tierra. De los cuales, tan solo 6000 son satélites y estaciones realmente útiles y en activo. Pero el problema la tiene la basura espacial. Cuanto mayor sea el número de satélites en el cielo (y, recordamos, Elon Musk quiere poner más de 12.000 en órbita), mayor es la probabilidad de que haya colisiones de basura espacial. Estas colisiones generarán más basura, la cual impactará contra más satélites.

Al final, habrá una destrucción en cascada de toda la red de satélites en órbita. Y lo peor llega cuando toda esta basura espacial empiece a caer a la tierra.

Obviamente, nos ponemos siempre en el peor de los casos, y es poco probable que algo así vaya a ocurrir… pero no imposible.

The post Por qué los científicos odian Starlink, el Internet por satélite de Elon Musk appeared first on ADSLZone.