Hace no mucho ya nos hicimos eco de una estafa que involucraba la llegada a una vivienda de una persona, de forma que el complot involucraba también un robo presencial como parte del proceso. En ese caso, se trataba de un timo destinado a robar teléfonos móviles, pero en esta ocasión, recogemos un nuevo aviso de estafa bancaria que busca robar dinero a las víctimas, y que también implica la visita al hogar de un extraño que se hará pasar por alguien de confianza para obtener lo que busca.
Los criminales no dejan de inventar nuevas coartadas y estratagemas para convencer a los ilusos o despistados, por lo que tenemos que intentar ir por delante de ellos conociendo sus últimas estrategias. El experto en inteligencia de las comunicaciones David Marugán compartió en X hace unos días una forma de estafa que le habían hecho llegar, y que acaba con alguien robándote las tarjetas bancarias y yendo a un cajero para dejarte la cuenta a cero.
Tal y como explica Marugán, esta estafa empieza en formato vishing, pero acaba en un robo físico en la propia vivienda del afectado o afectada. El vishing es la suplantación vía telefónica de una entidad o compañía.
En la historia difundida por el experto, los cibercriminales llaman a su víctima por teléfono haciéndose pasar por la sucursal de banco de su barrio. Solicitan todos los datos personales y explican, de forma muy similar al resto de estafas bancarias, que han detectado compras fraudulentas con las tarjetas y que van a anularlas.
Estafa ‘a domicilio’
Ante la sorpresa de la víctima, que señala que necesita al menos una de las tarjetas para poder seguir comprando mientras tanto, el supuesto empleado de la sucursal dice que «precisamente tiene que hacer unas visitas a unos clientes cerca de su domicilio y que estará encantado de recoger las tarjetas anuladas y entregarle las nuevas. Indica que las meta en un sobre, que apunte el PIN en un papel junto a las mismas», y que en un rato se pasará a buscarlas, cuenta Marugán.
Entonces, lo peor que podía ocurrir ocurre, y al poco tiempo un hombre con gorra aparece en su casa, mostrándose muy amable, que se presenta como empleado del banco y la recoge las tarjetas presuntamente anuladas. «También le entrega a la víctima un sobre que contiene las nuevas, pero advierte que no abra el sobre hasta pasadas 48h porque antes no estarían activas. Le dice que ya ha hablado con su hijo para informarle de todo», relata el experto en seguridad.
Vacían la cuenta bancaria
Lo que ocurre después es muy predecible. La persona que se ha llevado las tarjetas en el sobre se pasa por el cajero más cercano y saca todo el dinero que puede, y con ello la estafa queda completada. Además, con el anonimato que aportan las operaciones a través del cajero (más allá de la cámara de seguridad instalada, que puede burlarse con algún cubrebocas, gafas y poco más).
Cuenta Marugán el desenlace de esta historia que le han hecho llegar: «Llama a su hijo para contárselo y lógicamente proceden a informar al banco y poner denuncia en una comisaría. Lo preocupante de este caso es que esta persona, a la que apenas pudo ver la cara por la gorra y su vestimenta, llegó casi hasta el salón de su casa. Y también que probablemente le habrían hecho una vigilancia previa», opina.
Sirva este caso para ilustrar las creativas tácticas que inventan los grupos criminales para llevar a cabo todo tipo de estafas. Cuando hablamos de historias o casos personales que unos usuarios comparten con otros en redes, siempre cabe la posibilidad de la información no sea verídica, y que en su lugar se trate de una invención o rumor. No obstante, en lo concerniente a estafas, siempre es útil conocer ideas de casos posibles para mantenernos alerta y estar siempre por delante de cualquier nueva variación al clásico timo de suplantación de identidad del banco.
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