Las misteriosas esferas negras que aparecieron en las playas de Sidney a mediados de octubre han resultado ser algo mucho más inquietante que simples bolas de alquitrán. Análisis recientes han revelado que estos bultos contienen rastros de desechos humanos, metanfetaminas y compuestos industriales conocidos como PFAS, también llamados “químicos eternos”.
Según podemos leer en Science Alert, los primeros informes apuntaban a que las esferas podrían ser restos de un derrame de petróleo. Sin embargo, un análisis exhaustivo realizado por expertos de la Universidad de Nueva Gales del Sur y el centro analítico Mark Wainwright reveló una composición más compleja y alarmante. La colaboración con el Departamento de Cambio Climático, Medioambiente, Energía y Agua y otras agencias australianas fue clave para entender el origen de estas sustancias.
Origen de las esferas y contaminación
Las esferas aparecieron por primera vez en la playa de Coogee y luego en otras como Bondi y Maroubra, lo que provocó cierres y alertas por posibles riesgos tóxicos. Los primeros test sugerían que eran bolas de alquitrán formadas por aceite y restos de desechos. Pero pruebas más detalladas, incluyendo espectroscopía de resonancia magnética nuclear y análisis de carbono-14, indicaron que solo el 30% del carbono tenía origen fósil.
El análisis reveló altos niveles de carbono, calcio y metales en menor cantidad, junto con moléculas de grasas y aceites. Estos compuestos coincidían con residuos de grasa y aceites usados en la cocina o la producción de jabón. De hecho, se encontraron señales de contaminación urbana, incluyendo PFAS, medicinas y drogas recreativas como el THC y la metanfetamina. Estas sustancias suelen estar presentes en el desagüe de aguas residuales.
Los resultados sugieren que estas bolas negras podrían ser un tipo de “fatberg”, una masa congeleda de grasas, aceites y residuos urbanos que se acumulan en las alcantarillas. Este fenómeno se ha registrado en otros lugares y resalta el problema de la contaminación que afecta a los ecosistemas costeros.
Este caso subraya la complejidad de analizar y gestionar la contaminación costera y el ascenso del nivel del mar, que pone en riesgo la calidad del agua y la biodiversidad. La composición de las esferas negras, que contenía también restos de colesterol y otros biomarcadores humanos, refuerza la necesidad de adoptar estrategias más eficaces en la gestión de los residuos urbanos.
El hallazgo de estas bolas no es un evento aislado; de hecho, estudios recientes han descubierto misteriosas esferas en el fondo marino con orígenes igualmente sorprendentes. Estas investigaciones ponen de relieve la importancia de un enfoque multidisciplinar para desentrañar la compleja red de contaminantes que amenazan nuestras costas.
La situación en Sídney es una llamada de atención sobre el impacto de la contaminación urbana y cómo influye en el entorno marino. Continuar explorando y entendiendo estos fenómenos es crucial para implementar soluciones sostenibles y proteger la salud de los ecosistemas costeros.
El artículo Unas misteriosas bolas aparecieron en las costas. Ahora sabemos lo que son, y es asqueroso fue publicado originalmente en Andro4all.